La resiliencia es la capacidad de
aguantar, mantenerse cumpliendo la misión y sostener buen ánimo a pesar de los
embates de la realidad. La resiliencia es esa capacidad que nos permite
atravesar dificultades y salir fortalecidos. En lo espiritual, la resiliencia
está asociada a las capacidades inherentes y desarrolladas desde la vida
espiritual que da recursos de abordaje tales como determinación para actuar,
fortaleza para soportar, creatividad para resolver, sabiduría para aprender, y
alegría para vivir. Para desarrollar resiliencia espiritual se necesita una
armonía conjugada entre el pasado, el presente y el futuro de una persona o
entidad:
· El pasado ha
de estar liberado, desde el perdón. En una oportunidad un deportista
estaba en un momento cumbre de su carrera, listo para su primera prueba
olímpica, y le vino a la mente: “¿Será que mi papa me está viendo?” Él no había
resuelto un asunto importante con su papa, y justo emergió en su mente en el
peor momento. Cualquier episodio pasado o temor que no se aborde, libere o
perdone pudiese ser usado en nuestra contra en el momento de la prueba (que es
cuando más se necesita la resiliencia), por eso ha de ser abordado previo a las
dificultades.
· El presente
ha de anclarse, desde el carácter. La realidad ha de enfrentarse con
determinación, capacidad y confianza. Obtener una recarga continua de
inspiración y capacidad espiritual es fruto de estar conectado diariamente a
Dios por medio de su palabra y de desarrollar un sistema sólido de valores, de
información y de relaciones.
· El futuro ha
de asegurarse, desde la esperanza. Zig Ziglar dijo, “Si hay esperanza
en el futuro, hay poder en el presente.” Las promesas inalterables de Dios para
esta vida y la venidera proveen un sentido de claridad, paz, certeza y
esperanza sobrenatural que se traduce en confianza para actuar y alejamiento
del temor sobre el porvenir.
La resiliencia es valiosa para
abordar la espiral psicológica que abraza al líder en momentos de dificultad, y
para eso ha de estar bien sostenida en un pasado bien procesado, en un presente
bien abordado, y un futuro lleno de esperanza.
Para
Reflexionar: Que bueno es saber que Dios se mantiene firme en el
tiempo, no cambia y es fuerte para sostenernos así en dificultades (Hebreos
8:5; Santiago 1:17).
Jesús A. Sampedro Hidalgo. Valencia-Venezuela.
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